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viernes, 14 de septiembre de 2012

Capítulo 8


-          No tenemos todo el tiempo del mundo, dinos la verdad de una vez- me dijo un poco cabreada Paula.

-          Pues vale, os diré la verdad- empecé a contarles- ayer en todo el día no estuve en casa. Laura me cubrió, estuve con Rubén.

-          ¿y…?

-          Pues nada, me llevó a un hotel de 4 estrellas que está a las afueras y allí nos bañamos y cenamos a luz de la luna y las estrellas- les conté y no les dije nada de que lo habíamos hecho- Y también nos dijimos el famoso Te Quiero.

-          ¿Eso es todo?

-          Te parece poco. Me he dado el Te Quiero y tu preguntas si es todo, ya te vale- le dije casi gritándole con todas mis fuerzas.

-          Vale, no te cabrees. Ya lo hemos entendido- empecé a llorar porque si me seguían preguntando, se me podía escapar algo que no quería contar.

 Supieron por mi lloro, que necesitaba estar sola y me dejaron a solas para que se me pasara todo.

Me conecte al Tuenti para saber si Rubén o Carlos me habían enviado algo, pero no. Lo único que tenia era una petición de amistad de Jaime el del 2B (había mirado mi nombre en el buzón, que cielo y ni me había preguntado a mí, por no ser descortés). Dudé en aceptar su petición de amistad, pero al final la acepté.

Estaba conectado, porque al segundo me empezó a hablar por el chat.

Jaime: Hola 3ªA, ¿Qué tal desde que te di el azúcar?

Yo: Bien, ¿y qué te parecieron mis amigas?

Jaime: Un poco raritas, muy impulsivas.

Yo: Ellas son así, por eso las quiero mucho, en especial a Laura.

Tuve que desconectarme enseguida, porque mi madre vino y me llamó para preguntarme quien había resultado elegido presidente de la comunidad. Cuando le dije que habían sido elegidos los nuevos, me abrazó de tal manera para darme las gracias que casi me estruja.

A eso de las 8 y media fui a bajar la basura, ya que mi padre acababa de llegar, mi hermana todavía no había llegado y mi madre estaba haciendo la cena.

Allí en el portal me encontré con el vecino del 3B, me sentía muy incómoda, ya que cuando le vi, ladeó la cabeza y cerró la puerta del portal antes de que pudiera entrar. Tuve que abrir con mi llave, cuando subí rápido las escaleras, ya había subido en el ascensor, se notaba que aún seguía resentido por todo lo que había hecho con anterioridad.

Cuando llegué a casa, me fui directa a la cocina donde la cena ya estaba servida y mis padres estaban en la mesa, esperando por mí. Le pregunté a mi madre que había de cena, cuando me dijo que hoy tocaba de cenar alitas de pollo, salté de alegría. Le pregunté si había hecho patatas para acompañarlas y me dijo que no, que solo había hecho arroz.

Terminé de cenar y me fui a la habitación de mis padres con mi portátil a ver la televisión un rato.  No echaban nada que me llamara la atención, así que me bajé una serie para ver y me puse a verla.

Sobre las 12 y media me fui a la cama, donde después de lavarme los dientes, me puse a leer un poco. Mi hermana acababa de llegar y mis padres se mosquearon un poco, porque ella había dicho que a las 12 estaría en casa y llegaba media hora tarde.

Continué el libro donde lo había dejado con anterioridad, me estaba mucho a enganchar el libro, así que sobre las 2 aun seguía leyéndolo. Cuando me di cuenta de la hora, aparté el libro, apagué la luz, puse un poco de música alrededor de unos 15 minutos y me puse a dormir.

A la mañana siguiente sobre la 1 del mediodía mi madre me despertó ya que dijo que era muy tarde. Desayuné solo un vaso de leche y luego me fui a la ducha. Llamé a Carlos a ver si le apetecía ir a la playa, ya que hacía muy buen tiempo. Me dijo que iba a ir con sus amigos, pero podía ir igualmente con él y sus amigos.

-          Mamá, ¿puedo salir esta tarde con Carlos a la playa?- grité desde mi habitación mientras colocaba la ropa que me iba a poner.

-          Vale, puedes ir a la playa con Carlos, si vuelves a casa antes de las 10 y media- me aclaró mi madre gritándome desde la cocina. También me dijo que debía apurarme en ducharme y vestirme que pronto comeríamos.

Me di una ducha corta, ya que no podía ducharme durante mucho si quería ir a comer. Me puse mientras comía un pantalón corto de andar por casa y una camiseta de publicidad de las playas azules de mi ciudad. Mi madre hizo para comer filetes con patatas, ya que no le había dado tiempo a hacer otra cosa.

-          La semana que viene, me iré 4 días a Madrid por trabajo y vuestra madre me acompañará- nos dijo nuestro padre mientras comíamos tranquilamente- así que os vais a quedéis solas hijas mías.

-          Pues se quedará sola Sofía, ya que yo me voy a ir a pasar unos días en la casa de  campo del padre de Valeria- comentó mi hermana.

-          Pues entonces Sofía se quedará con la abuela, luego la llamo y le digo que vas a dormir con ella 4 días- no quería ir al pueblo donde mi abuela vivía, ya que no me hacía gracia dejar la ciudad durante 4 días y tampoco dejar a mis amigas y a Rubén durante 4 días, en los últimos días de verano.

-          No quiero ir. Prefiero que la abuela venga a la ciudad, antes de ir yo al pueblo durante 4 días- repliqué a mis padres en un tono de protesta.

-          La abuela ya es mayor, por eso no puedo mandarla venir, irás tú antes de que ella venga- me dijo mi madre- y por la tarde bajaré contigo cuando vallas para la playa que voy a comprar los billetes.

No dije nada, estaba indignada por todo, pero no podía seguir discutiendo con mi madre. La persona que se desvivía por sus hijos.

-          Después de comprar los billetes llamarás a mi madre para decirle que su nieta va a pasar un par de días en su casa- fue lo último que dijo mi padre en toda la comida.

Me fui a mi habitación donde recogí la habitación, hice la cama y llamé de nuevo a Carlos.

Yo: Carlos, ¿podrías venir a buscarme?

Carlos: Como no, te iré a buscar sobre las 5 y cuarto. No tardes, no me gustaría hacer a esperar a mis amigos. Otra cosa, te tengo una sorpresa en la playa.

Yo: Dime algo, explícate. No me dejes en tensión.

Carlos: No te voy a decir nada, la sorpresa te la daré en la playa  y ya.

Me senté en la cama, donde pensé en todo lo que me estaba pasando a lo largo de la semana. Cuando pensé en la sorpresa que Carlos me tenía preparada, no supe que pensar, no se me ocurría nada de nada.

Vi en reloj a eso de las 4, ya era hora de arreglarme y eso hice, me puse a arreglarme y cuando iban  a  ser las 5, bajé con mi madre en el ascensor.

-          ¡María!- gritó una voz de una señora de alrededor la misma edad de mi madre. Cuando nos dimos la vuelta, no supe quien era, pero mi madre sí, ya que se acercó a esa persona en particular.

-          ¡Sonia! Cuanto tiempo, llevamos sin vernos 1 años, desde que tu hijo se fue de la guardería- empezó mi madre a decir- ¿y que es de tu vida? Te presento a mi hija pequeña Sofía.

Saludé a Sonia, ¿de que la conocía mi madre? No me parecía el mejor lugar para preguntarlo.

-          Me acabo de mudar con mi marido y mis 2 hijos, si, ahora tengo otra, de unos 9 años- empezó a decir Sonia- ahora vivo allí- señaló nuestro piso. Ya sabía quién era, era la madre de Jaime el del 2B- ¿A dónde ibas? Es que me gustaría quedar algún día contigo para contarnos todo lo que llevamos sin contarnos.

-          Eso me gustaría. Ahora iba a la agencia de viajes a coger unos billetes para mi marido y yo a Madrid durante 4 días la semana que viene y luego a llamar a la madre de mí marido para que sepa que Sofía pasará 4 días con ella. Ya que esos 4 días su hermana mayor Ariel estará en la casa de la playa de una de sus amigas. Y ahora que vivimos en el mismo edificio, coincidiremos presidenta- dijo mi madre riéndose por lo bajo.

-          No tiene por que quedarse en casa de su abuela, si quiere puede quedarse en nuestra casa. Por el día estaría en la suya y solo bajaría a la nuestra a comer, cenar y dormir. Si te parece bien- miré a mi madre, a mi me parecía mejor que dejar la ciudad durante 4 días. Esperé a ver cómo reaccionaba mi madre, a ver si me dejaba quedarme en la ciudad con los nuevos, sobre todo con Jaime

 

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