-
No tenemos todo el tiempo del mundo, dinos la
verdad de una vez- me dijo un poco cabreada Paula.
-
Pues vale, os diré la verdad- empecé a
contarles- ayer en todo el día no estuve en casa. Laura me cubrió, estuve con
Rubén.
-
¿y…?
-
Pues nada, me llevó a un hotel de 4 estrellas
que está a las afueras y allí nos bañamos y cenamos a luz de la luna y las
estrellas- les conté y no les dije nada de que lo habíamos hecho- Y también nos
dijimos el famoso Te Quiero.
-
¿Eso es todo?
-
Te parece poco. Me he dado el Te Quiero y tu
preguntas si es todo, ya te vale- le dije casi gritándole con todas mis
fuerzas.
-
Vale, no te cabrees. Ya lo hemos entendido-
empecé a llorar porque si me seguían preguntando, se me podía escapar algo que
no quería contar.
Supieron por mi lloro, que necesitaba estar
sola y me dejaron a solas para que se me pasara todo.
Me conecte al Tuenti para saber si
Rubén o Carlos me habían enviado algo, pero no. Lo único que tenia era una
petición de amistad de Jaime el del 2B (había mirado mi nombre en el buzón, que
cielo y ni me había preguntado a mí, por no ser descortés). Dudé en aceptar su
petición de amistad, pero al final la acepté.
Estaba conectado, porque al segundo
me empezó a hablar por el chat.
Jaime: Hola 3ªA, ¿Qué tal desde que
te di el azúcar?
Yo: Bien, ¿y qué te parecieron mis
amigas?
Jaime: Un poco raritas, muy
impulsivas.
Yo: Ellas son así, por eso las
quiero mucho, en especial a Laura.
Tuve que desconectarme enseguida,
porque mi madre vino y me llamó para preguntarme quien había resultado elegido
presidente de la comunidad. Cuando le dije que habían sido elegidos los nuevos,
me abrazó de tal manera para darme las gracias que casi me estruja.
A eso de las 8 y media fui a bajar
la basura, ya que mi padre acababa de llegar, mi hermana todavía no había
llegado y mi madre estaba haciendo la cena.
Allí en el portal me encontré con
el vecino del 3B, me sentía muy incómoda, ya que cuando le vi, ladeó la cabeza
y cerró la puerta del portal antes de que pudiera entrar. Tuve que abrir con mi
llave, cuando subí rápido las escaleras, ya había subido en el ascensor, se
notaba que aún seguía resentido por todo lo que había hecho con anterioridad.
Cuando llegué a casa, me fui
directa a la cocina donde la cena ya estaba servida y mis padres estaban en la
mesa, esperando por mí. Le pregunté a mi madre que había de cena, cuando me
dijo que hoy tocaba de cenar alitas de pollo, salté de alegría. Le pregunté si
había hecho patatas para acompañarlas y me dijo que no, que solo había hecho
arroz.
Terminé de cenar y me fui a la
habitación de mis padres con mi portátil a ver la televisión un rato. No echaban nada que me llamara la atención,
así que me bajé una serie para ver y me puse a verla.
Sobre las 12 y media me fui a la
cama, donde después de lavarme los dientes, me puse a leer un poco. Mi hermana
acababa de llegar y mis padres se mosquearon un poco, porque ella había dicho
que a las 12 estaría en casa y llegaba media hora tarde.
Continué el libro donde lo había
dejado con anterioridad, me estaba mucho a enganchar el libro, así que sobre las
2 aun seguía leyéndolo. Cuando me di cuenta de la hora, aparté el libro, apagué
la luz, puse un poco de música alrededor de unos 15 minutos y me puse a dormir.
A la mañana siguiente sobre la 1
del mediodía mi madre me despertó ya que dijo que era muy tarde. Desayuné solo
un vaso de leche y luego me fui a la ducha. Llamé a Carlos a ver si le apetecía
ir a la playa, ya que hacía muy buen tiempo. Me dijo que iba a ir con sus
amigos, pero podía ir igualmente con él y sus amigos.
-
Mamá, ¿puedo salir esta tarde con Carlos a la
playa?- grité desde mi habitación mientras colocaba la ropa que me iba a poner.
-
Vale, puedes ir a la playa con Carlos, si
vuelves a casa antes de las 10 y media- me aclaró mi madre gritándome desde la
cocina. También me dijo que debía apurarme en ducharme y vestirme que pronto
comeríamos.
Me di una ducha corta, ya que no
podía ducharme durante mucho si quería ir a comer. Me puse mientras comía un
pantalón corto de andar por casa y una camiseta de publicidad de las playas
azules de mi ciudad. Mi madre hizo para comer filetes con patatas, ya que no le
había dado tiempo a hacer otra cosa.
-
La semana que viene, me iré 4 días a Madrid por
trabajo y vuestra madre me acompañará- nos dijo nuestro padre mientras comíamos
tranquilamente- así que os vais a quedéis solas hijas mías.
-
Pues se quedará sola Sofía, ya que yo me voy a
ir a pasar unos días en la casa de campo
del padre de Valeria- comentó mi hermana.
-
Pues entonces Sofía se quedará con la abuela,
luego la llamo y le digo que vas a dormir con ella 4 días- no quería ir al
pueblo donde mi abuela vivía, ya que no me hacía gracia dejar la ciudad durante
4 días y tampoco dejar a mis amigas y a Rubén durante 4 días, en los últimos
días de verano.
-
No quiero ir. Prefiero que la abuela venga a la
ciudad, antes de ir yo al pueblo durante 4 días- repliqué a mis padres en un
tono de protesta.
-
La abuela ya es mayor, por eso no puedo mandarla
venir, irás tú antes de que ella venga- me dijo mi madre- y por la tarde bajaré
contigo cuando vallas para la playa que voy a comprar los billetes.
No dije nada,
estaba indignada por todo, pero no podía seguir discutiendo con mi madre. La
persona que se desvivía por sus hijos.
-
Después de comprar los billetes llamarás a mi
madre para decirle que su nieta va a pasar un par de días en su casa- fue lo
último que dijo mi padre en toda la comida.
Me fui a mi habitación donde recogí
la habitación, hice la cama y llamé de nuevo a Carlos.
Yo: Carlos,
¿podrías venir a buscarme?
Carlos: Como no,
te iré a buscar sobre las 5 y cuarto. No tardes, no me gustaría hacer a esperar
a mis amigos. Otra cosa, te tengo una sorpresa en la playa.
Yo: Dime algo,
explícate. No me dejes en tensión.
Carlos: No te
voy a decir nada, la sorpresa te la daré en la playa y ya.
Me senté en la cama, donde pensé en
todo lo que me estaba pasando a lo largo de la semana. Cuando pensé en la
sorpresa que Carlos me tenía preparada, no supe que pensar, no se me ocurría
nada de nada.
Vi en reloj a eso de las 4, ya era
hora de arreglarme y eso hice, me puse a arreglarme y cuando iban a ser
las 5, bajé con mi madre en el ascensor.
-
¡María!- gritó una voz de una señora de
alrededor la misma edad de mi madre. Cuando nos dimos la vuelta, no supe quien
era, pero mi madre sí, ya que se acercó a esa persona en particular.
-
¡Sonia! Cuanto tiempo, llevamos sin vernos 1
años, desde que tu hijo se fue de la guardería- empezó mi madre a decir- ¿y que
es de tu vida? Te presento a mi hija pequeña Sofía.
Saludé a Sonia,
¿de que la conocía mi madre? No me parecía el mejor lugar para preguntarlo.
-
Me acabo de mudar con mi marido y mis 2 hijos,
si, ahora tengo otra, de unos 9 años- empezó a decir Sonia- ahora vivo allí-
señaló nuestro piso. Ya sabía quién era, era la madre de Jaime el del 2B- ¿A
dónde ibas? Es que me gustaría quedar algún día contigo para contarnos todo lo
que llevamos sin contarnos.
-
Eso me gustaría. Ahora iba a la agencia de
viajes a coger unos billetes para mi marido y yo a Madrid durante 4 días la
semana que viene y luego a llamar a la madre de mí marido para que sepa que Sofía
pasará 4 días con ella. Ya que esos 4 días su hermana mayor Ariel estará en la
casa de la playa de una de sus amigas. Y ahora que vivimos en el mismo
edificio, coincidiremos presidenta- dijo mi madre riéndose por lo bajo.
-
No tiene por que quedarse en casa de su abuela,
si quiere puede quedarse en nuestra casa. Por el día estaría en la suya y solo
bajaría a la nuestra a comer, cenar y dormir. Si te parece bien- miré a mi
madre, a mi me parecía mejor que dejar la ciudad durante 4 días. Esperé a ver
cómo reaccionaba mi madre, a ver si me dejaba quedarme en la ciudad con los
nuevos, sobre todo con Jaime
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