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jueves, 23 de agosto de 2012

Capítulo 5


-          Sofía, mira, el día que te conocí pensé que seríamos algo más que amigos y míranos ahora yo te he dicho que te quiero.

-          Bueno, el día que te conocí, solo pensé que seríamos muy buenos amigos. Después de un tiempo, empecé a sentir cosas hacia ti, hasta que el día que nos besamos en Navidad supe que estaba locamente enamorada de ti y ahora solo te digo una cosa: Te quiero más que a nadie en el mundo- ya estaba, al principio había dudado de mí, si decírselo iba o no a ser difícil, pero al final lo conseguí y me sentía bien.

Lo único que conseguimos hacer fue besarnos para sellar nuestro: Te Quiero hasta el final. Salí del agua para secarme al sol, él hizo lo mismo que yo pero en vez de sentarse en otra tumbona, se sentó en la mía, encima de mí y me besó.

-          Levántate y siéntate en otra tumbona, que así no podré tomar el sol para secarme - me hizo caso y se cambió de tumbona.

-          Eres un poquito sosa, nos acabamos de decir Te Quiero y lo único que me sueltas es levántate y siéntate en otra tumbona- me reí, no sabía que decirle- eres rarita y eso es lo que me gusta de ti.

Se me quedó mirando un buen rato. Cuando vi en mi reloj que eran las 7 y media. Me levanté, me dirigí a su tumbona, le levanté y nos fuimos directos a la habitación.

-          Me tendré que poner la misma ropa de antes después de ducharme.

-          No, te pongas lo mismo, ya que te he traído un vestido nuevo para la cena- me dijo sacando de su bolsa un vestido blanco con un solo tirante; el tirante era fino con flores en todo el tirante; el vestido no era muy largo, me llegaba por encima de la rodilla; los tacones seguiría usando los anteriores.

-          Muchas gracias- y acto seguido le agarré por el cuello y le besé. De lo fuerte que le besé, nos caímos en la cama y cuando terminamos de besarnos, nos reímos.

Me levanté, me empecé a desnudar de camino a la ducha. Allí encendí el agua caliente, dejé que me mojara el cuerpo ya que necesitaba relajarme.

-          Sofía, ¿vas a tardar mucho? Es que yo también quiero ir al baño- me gritó desde el otro lado de la puerta. Yo hice caso omiso, así que como no le hacía ningún caso, entró en el baño (ya que me había olvidado de poner el pestillo) y se desnudó; supe que lo hice porque se metió conmigo en el baño- mira ahora ya no tardarás tanto para que me meta.

-          Si ahora tardo es culpa tuya que te metes conmigo- le dije mojándole con el teléfono de la ducha (ese aparato que echa agua y tiene un mango largo).

Estuvimos jugando con el teléfono de la ducha un rato, hasta que como estábamos empapando todo, dejamos de hacerlo, nos terminamos de duchar y nos secamos.

Cuando estuvimos secos, me puse la ropa interior por si intentaba algo. Como estaba distraída viendo lo que estaban echando en el canal en el que dejó la tele minutos antes puesta Rubén, no me di cuenta de que mi móvil empezó a sonar. Era mi madre, así que respiré profundamente y contesté.

-          Hola mamá, que agradable sorpresa.

-          Sofía, solo te llamaba para preguntarte cómo vas a dormir, si no cogiste ningún pijama.

-          Laura me prestará uno- dije mirando a Rubén, que sacó uno de su bolsa (parecía el bolso de Mary Poppins), era un camisón azul que me llegaba por la rodilla; de tirantes finos, con encaje en la zona de los pechos; un encaje, que por la zona de arriba era fino, pero por debajo era una tira gorda que hacía como de sujeción de los pechos.

-          Vale, pero mañana te quiero en casa antes de la 1 y media de la tarde.

Cuando terminé de hablar con mi madre, me puse el vestido, no me quedaba nada mal, además era de mi talla igual que el bañador.

-          Gracias por la ropa Rubén y tu bolsa parece el bolso de Mary Poppins- no se pero se rió por el comentario que le hice de su bolsa de viaje.

Vi que él solo se cambiaba de camisa y esta le quedaba muy bien. Salimos de la habitación rumbo al restaurante, allí volvimos a pedir una mesa fuera, para estar a la luz de la luna y las estrellas.

Pedí un filete empanado con patas fritas y Rubén pidió lo mismo, estaba demasiado a gusto, hasta que pensé en la noche, en que pasaría después de la cena. También pensé en que había dejado desprotegido mi diario, aunque estuviera escondido en el escondite.

-          Es una bonita noche, la luna está en lo alto, está enorme y preciosa- fue lo único que dije mirando al cielo.

-          Si, está preciosa, pero no tanto como tú mi amor- me sonrojé mucho, Rubén era muy amable conmigo en todos los sentidos- por eso hoy estoy aquí contigo y no con nadie más.

Nos trajeron la comida y en vez de cenar tranquilamente cenamos hablando y riéndonos.

-          Y mientras no estuvimos juntos, ¿Qué hiciste?

Tuve que pensármelo un rato, había hecho muchas cosas y no sabía por dónde empezar.

-          Pues fui bastante a la playa, también fui al cine a ver la película de Los Pitufos en la que sale Neil Patrick Harris, ese actor que hace de Barney en Como conocí a Vuestra Madre. ¿Y tú qué hiciste en Barcelona?

-          Pues vi la ciudad, disfruté mucho conociendo una ciudad nueva, también fui a la playa y un día a Port Aventura- me empezó a contar- en el parque me monté a todo con Bárbara y estuve un poco asustado cuando me monté en las atracciones fuertes. Pero me hubiera gustado que tú hubieras estado allí conmigo, así podría haber montado contigo y habérnoslo pasado muy bien juntos.

-          Eso me hubiera gustado, pero como te dije, mis padres no me dejaron ir de viaje contigo, porque no querían gastar más dinero en mis vacaciones, ya que mi madre y yo habíamos ido una semana en julio para visitar todo Nueva York y eso ya era mucho gasto.

-          Ya, pero a ver si para las próximas vacaciones puedes venir conmigo o yo ir contigo- me sonrió y me agarró la mano izquierda.

Terminamos de cenar sobre las 10 y media, yo tenía ganas de dar un paseo por la playa, pero la playa quedaba un poco lejos y era muy tarde; no fuimos por eso. Nos fuimos a la habitación, donde encendimos la televisión, no echaban nada bueno, así que como era de esas televisiones LCD con USB y Rubén había traído uno,  lo puso y vi que películas incluía.

-          Antes de ver nada, será mejor que me cambie- le dije intentando levantarme de la cama, pero él no me dejó, ya que agarró de uno de mis brazos y me tiró a la cama.

Allí, me desabrochó el vestido, ya que me era imposible a mí y empezó a besarme el cuello. Me daba gusto que me besara así que le dejé. El vestido cayó al suelo, al mismo tiempo que Rubén se quitaba su camisa y también la tiraba al suelo; estaba feliz, no sabía a dónde podía conducir esto, pero si sabía una cosa, que me estaba a dejar llevar por Rubén.

Acto seguido, él se quitó el cinturón y se desabrochó el pantalón; los dos en estos momentos estábamos en ropa interior, no sé si para llegar a hacerlo o para quedarnos así un rato.

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